Bolras Cap. 27º

Cuando llegaron, Alexsauron fue directamente hacia mí. Me cogió del brazo y me llevó a caminar, pero antes dio instrucciones claras para que protegieran a la chica y nadie la tocara. Durante un buen rato se mantuvo con una expresión que no llegué a entender en ese momento, como pensando que iba a decir. Todo el paseo transcurrió en silencio y yo me sentía incomodo e impacientado. Me empezó a hablar al llegar a la orilla del lago. - Tengo que decírtelo porque los acontecimientos se han precipitado. He tenido este secreto guardado por mucho tiempo y ya se ha cumplido la profecía o eso espero que sea. - ¿Profecía? Me estas asustando. - Alexauron dejó de mirar al lago y fijó su vista en mis ojos. - Esa criatura, la que has encontrado, ella. Bueno, a ver, es difícil. No se puede definir mejor, si te digo que ella simplemente ha llegado ya. Eso debería significar que todo va a salir bien. - Lo ocurrido los últimos días tendría que haberme hecho creer en las leyendas del pasado, llenas de magia y seres mitológicos, pero mi estado de ánimo me provocaba escepticismo. - No entiendo como una cosa-elfa medio muerta nos va ha ayudar. -.- Es inmortal, y no solo es elfa como ya has notado. - Dejó de hablar un segundo sin dejar de mirarme fijamente. - Creo que ya dispones de suficiente información por el momento. - Se giró y empezó a caminar de nuevo hacia el árbol de Bolras. Le agarré del brazo. - No por favor, no me dejes así. Necesito saberlo todo, estoy interesado en saber todo sobre el extraño ser, quién es, de donde viene, que hacía ahí tirada inconsciente. Y cómo ha ido a aparecer justo debajo de nuestro amado árbol – Alexauron comenzó a caminar de nuevo mientras decía. - Esas preguntas las responderá ella cuando despierte. - Nos dio instrucciones precisas para el traslado. Se haría entre varios hombres para que fuera de forma delicada, ya que no conocíamos el alcance de sus heridas. También advirtió que no debíamos tocarla puesto que eso podría traer consecuencias a quien lo hiciera. La envolvimos en unas mantas y la llevamos a mi choza, que era de las pocas que aún estaban en pie. Sefy: - A mi me da buena espina. Después de ver a las bestias más temibles del bosque luchando a nuestro lado estoy convencido de que nos la han enviado los dioses del bosque para ayudarnos. - Korde: - Ferny, ¿Qué te dijo Alexauron? - . Ferny:- Me habló de una profecía y de buenos tiempos por venir. Sefy tiene razón, aunque no me ha dado detalles tengo buena energía al respecto. Sefy: - Bien, entonces vamos a seguir con las tareas, aún hay mucho por hacer. Ya estaba entrada la noche, pero el día fue demasiado intenso para que nadie tuviera sueño. Los niños continuaban custodiados por Doly en la caverna hasta que termináramos la limpieza y luego ya empezaríamos con la reconstrucción. Seguían llegando más amigos de las poblaciones cercanas y entre ellos legó Tony con buenas noticias de Perímera. Tony: - Esto va tomando forma amigos. Cuando llegamos a Perímera ya estaba tomada, todos los soldados que quedaron allí eran de los nuestros. Ivan se encargó antes del ataque de ordenar el turno de guardia de ese día. Dejo solo hombres fieles, por eso no estaban todos cuando cargaron contra nosotros. También ha sido cerrado el paso de montaña, todo el norte de Goday es nuestro. - Nos abrazamos todos y volvimos a conjurar, como siempre que cualquier noticia importante llegaba a nuestros oídos. A los partidarios de el rey se les invitaría al exilio a no ser que juraran lealtad a Goday. Lydi: - Ferny, ya casi es de día y me ha dicho Silvy que no pasaste durante la noche ni a por un trozo de pan. No te tenga que coger de los pelos y darte de comer yo. - Solo asentí porque tenía razón y porque siempre le hacia caso. Fui a desayunar algo con mis compañeros para continuar con la charla. Era un momento importante para nuestra tierra y nuestra gente. Entre los requerimiento y acuerdos que se plantearon en el congreso estaba el envío de guerreros a las poblaciones representadas en él, para la seguridad de estos y para el adiestramiento de nuevos soldados. Sefy y Lika irían a Aguas de Goday que era el puesto más importante y el puente más cercano por el que las tropas del rey podrían volver a atacar. Miry y Jolu irían a Tritón, una población entre las montañas y el nacimiento de los ríos de la cordillera interior. Korde y Tony a llanera. De riachuelo se encargaría Ivan y sus soldados. De esta manera podríamos tener defendido todo el perímetro que ya podíamos decir que era territorio reconquistado. La zona sur más influenciada por el rey, y demasiado lejana para siquiera haber recibido alguna noticia de lo ocurrido, sería difícil y laborioso conseguir su anexión. De momento deberíamos afianzar nuestros logros y mientras ir trazando la estrategia para ello. Yo haría uso desde Bolras de mis recién adquiridos poderes telepáticos para coordinar todas las acciones que fuéramos ejecutando. También hubo una petición que deberíamos cumplir, la creación de un estandarte o bandera para que el pueblo se sintiera identificado. Eso lo dejamos en manos de los ciudadanos de Bolras, los que aún seguían vivos después de tanto sufrimiento. Ellos sabrían reflejar de verdad que significaba Bolras y que sentían hacia esta tierra. Al salir de la cantina el sol ya lucía y nos fuimos a descansar antes de preparar las expediciones. Yo fui a la caverna a ver a las hijas de Virgy e intentar explicarles lo que pasó con su madre. Les juré que nunca las dejaría solas y las cuidaría. Después de salir de allí hacia mi choza rompí a llorar. Me hice el duro ante ellas, pero el recuerdo de mi mujer inundó mis ojos de lágrimas. Al entrar en mi habitación vi a aquella chica tumbada en mi cama, no recordé que la trajimos aquí. Con el estómago lleno y con las cosas más claras el sueño se apoderaba de mi cada vez más. Me tumbé en una de las pequeñas camas de las niñas y cerré los ojos, pero no era capaz de conciliar el sueño a pesar de que antes de acostarme hubiera dormido incluso de pie. Abrí uno de mis ojos y vi a la chica resplandeciendo. Me levante y me acerqué para verla bien. Desoyendo las indicaciones de Alexauron, acerque mi mano a su pelo. No quería tocarla, pero una extraña ráfaga de viento en aquella noche tranquila levantó su melena haciendo que rozara mi brazo. Recibí una descarga parecida a las que tenía cuando hablaba con los magos y caí al suelo sin poder mover un músculo, totalmente rígido. No emití sonido y seguramente nadie escuchó el golpe de mi caída. Al rato mis músculos se relajaron y me quedé profundamente dormido.

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