Bolras Cap. 28

Tony. - ¡ ¿ Ferny, estás bien ? ! - Desperté por sus gritos y el zarandeo que me daba agarrándome de los hombros. Lo siguiente que vi fue a Sefy con su espada frente a la chica. Sefy. - ¡ ¿ Te hizo algo ? ! - Lo repitió un par de veces. Ferny. - No o si, no lo sé. - Tony me ofreció sus manos para que me incorporara. Cuando lo hice le miré a la cara y vi asombro y miedo mientras soltaba como un latigazo su mano derecha lanzándola hacia atrás. Entonces recordé de manera baga mi mano muerta como si fuera algo sacado de alguna pesadilla y la miré. Era como siempre, no veía nada raro. Sefy bajó la espada. - Parece que te ha curado. Ya os dije que me daba buena espina. - Tony. - Cómo es posible. Qué ocurrió. ¿ Recuerdas algo? - Ferny. - Recuerdo que una ráfaga de aire movió su pelo y tocó mi mano. Luego caí al suelo y luego me dormí, pero veo que ella se encuentra en la misma postura que estaba anoche. Lo que no recuerdo es que mi mano estuviera mal nunca. Sefy. - ¿ Mal ? Tenían que habértela cortado ayer. Tony. - Es verdad. - Ferny. - También borró ese recuerdo. - Tony. - La tienes así de hace meses. Desde el día que murió Bolras. - En todos mis recuerdos desde el principio de esta aventura mi mano estaba bien. Alexauron me dijo que las respuestas las iría dando ella y después de lo de mi mano entendí en principio que no quería hacernos daño. Sonreí y miré a mis amigos. Ferny. - Vamos a organizar las expediciones que ahora mismo es más importante, de esto nos encargaremos los magos y yo. - Me dirigí a Sefy. - Ordena una guardia para la chica, y quiero que me informen en cuanto se despierte o noten cualquier movimiento o suceso extraño. Luego empieza a organizar las partidas de soldados para cada expedición. Gracias hermano. - De repente mi melancólica y triste actitud había cambiado. Sefy al darse cuenta esgrimió una enorme sonrisa, asintió con la cabeza y marchó a cumplir su cometido. No había que nombrarle general de Bolras todos ya lo sabían, no había otro que infundiera tanto respeto a las tropas, ellos le seguirán a donde diga y además es un gran estratega. Ferny. - Bueno Tony tu y yo a escribir los primeros documentos oficiales de Bolras. - Tony era un gran arquero y soldado, pero prefería aprovechar sus habilidades lingüísticas para redactar los manifiestos que se entregarían a los jefes locales. Como también tenía habilidad con los números llevaría la contabilidad de los bienes de Bolras y más adelante organizaría todos los de Goday ya que contaba con mi total confianza. Cuando salíamos de la choza llegaba Korde. También alucinó cuando vio a Tony quitándome el palo que sujetaba mi mano. Korde. - Necesito una explicación. - Ferny. - Digamos que nuestra nueva amiga a empezado a ayudarnos. - Tony cogió del brazo a Korde y fuimos hacia la cantina donde podríamos redactar los manifiestos con mayor comodidad. Korde por su fuerte carácter y lo meticuloso que era, sería un magnifico gobernador y mi sustituto natural si algo me ocurriera. Con los manifiestos redactados y sellados solo faltaban las firmas de los fundadores. Hubiera bastado con la mía, pero este primer escrito oficial debía tener la aprobación de todos. Así que fuimos a buscar a Sefy y a Jolu para que tomaran parte. Se lo leímos y todos conformes lo rubricamos. Jolu conocía gente en todo Goday y en otras regiones. Tenía grandes amigos en la misma boca del lobo gracias a su forma de ser campechana y amable. Seria un emisario leal. Los otros integrantes del consejo no fundadores, Miry, Lydi, Silvy, Iván y Lika también tendrían su papel en la reconquista de Goday. Lydi y Silvy se encargarían del avituallamiento de las poblaciones vigilando el reparto de los excedentes de unas a otras más necesitadas. De momento consiguiendo recursos para la ruinosa Bolras. Miry tenía un papel algo oscuro. Necesitábamos alguien sigiloso que consiguiera información para adelantarnos a posibles acontecimientos. Era mi espía, informadora o mano en las sombras. Iván estaría junto a Lika en el ejército formando a los soldados bajo las órdenes de Sefy. Solo quedaba la despedida y desearnos suerte en la nueva dirección que habíamos tomado. Después de la marcha de las expediciones me dirigí a mi choza. Lydi y Silvy empezaron de inmediato a organizarse con los animales y el huerto y a rescatar lo que se pudiera del destruido almacén. Al llegar dos soldados se encontraban en pie frente a la cama. Ella continuaba en la misma postura, nada había cambiado. Volvía a recordar a los soldados que avisaran inmediatamente si se despertaba y que bajo ningún concepto la tocaran. Me fui al lago. Junto a la gruta donde aún dormían los niños. Allí vi a las hijas de Virgy y a pesar de mi dolor al recordarla sonreí. Sabía que volvería como dijo Doly, ahora debía cuidar de sus preciosas hijas. Antes de que llegara junto a ellas escuche mi nombre a lo lejos. Di la vuelta y corrí hacia mi choza. Los soldados estaban fuera frente a la puerta, apuntando sus armas hacia ella. - ¡ Es un monstruo. Hay un monstruo ahí dentro. - Pasé entre los soldados, totalmente atemorizado y consolándome al pensar que si fuera algo peligroso ya les habría matado. Asomé un ojo a través de la cortinilla que cubría la entrada y solo vi a la chica igual que la dejé. Pasé con firmeza y una especie de lagarto alado del tamaño de una oveja saltó sobre la cama y abrió sus alas cubriendo totalmente a la chica. Luego me miró y me enseñó sus afilados dientes. Me di la vuelta despacio y salí. Ferny. - Es su mascota, solo le protege. Haced la guardia aquí fuera. - Seguidamente me puse en contacto con Alexauron para que me diera información sobre esa criatura. “ Ahora solo deseo que despierte y saber más sobre ella. “

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